Los bolivianos deciden hoy si mantienen en el cargo al hombre que ha puesto en el mapa internacional a su país, sobre todo a los pueblos indígenas de Bolivia (más del 60 por ciento de la población). Evo Morales se somete hoy al escrutinio de las urnas.La escena revolvió a sus enemigos: el indio, como así le llamaban despectivamente, era investido presidente. Cuatro años después, posiblemente volveremos a ver a Evo Morales colgarse la banda.Las encuestas auguran que ganará la reelección con mayor apoyo que entonces.El dirigente del Movimiento al Socialismo (MAS) alcanzó el poder tras las liderar las protestas sociales que sacudieron Bolivia a comienzos de este siglo, reclamando el control estatal sobre los hidrocarburos.Y de las reivindiaciones, a los hechos: el antiguo líder sidical, ya como presidente, llegó a personarse en la toma de las instalaciones de las empresas extranjeras. Se había consumado la nacionalización del gas y otras riquezas bolivianas.Estas decisiones, algunas amistades y los proyectos para repartir latifundios espantaron a la oposición, que veía una deriva a la cubana.El proyecto de Morales también ha chocado con las tensiones separatistas las provincias más ricas, que exigen controlar los ingresos por los hidrocarburos.Morales se presenta a la reelección crecido: en estos años se ha ganado a más sectores, algunos incluso de las clases medias. Aspira, además, a una mayoría suficiente de su partido en el parlamento para desarrollar su nueva constitución.