Oculto en estas montañas de Noruega, a 150 metros bajo tierra, se encuentra el arca de Noé de la agricultura. El mayor banco de semillas del mundo.
Cuatro millones y medio de muestras son conservadas en este gran frigorífico. Los 18 grados bajo cero de temperatura mantendrán vivas hasta mil años las patatas de Perú, las judías de Colombia, o 70.000 variedades de arroz filipino pueden durar hasta mil años.
Un búnker helador y muy seguro, construido a prueba de terremotos, cambio climático, e, incluso, un ataque nuclear.
Los ejemplares, es decir, las semillas, sólo podrán salir si sus bancos de origen las han perdido, como ocurrió con las guerras de Irak y Afganistán.
Un tesoro en verde, que por ahora tiene pocos enemigos.