Activistas de Greenpeace han retirado en Madrid bancos de madera, dejándolos en la puerta del Ayuntamiento. Se quejan de que, para el mobiliario urbano de la ciudad, no se utilizan maderas certificadas. Aseguran que vienen de países que violan los derechos de los trabajadores, pertenecen a talas ilegales y no ayudan al desarrollo sostenible del planeta.