La mujer que ha muerto a manos de su hijo la pasada noche en la localidad murciana de Santomera ya había denunciado esta situación hace mucho tiempo. El hombre, cuya madre confesó en su día que tenía problemas con las drogas, maltrataba a la mujer y vivía de ella. La madre le pagaba la comida, la luz y el agua porque el presunto parricida habitaba en la casa de su abuela materna, que había fallecido. El asesinato de la pasada noche venía precedido de un calvario de denuncias por parte de la madre, que ya en su día se puso en contacto con los medios de comunicación a los que contó el drama familiar e insostenible que estaba viviendo. Ella relataba, llorando y angustiada, que su hijo llevaba "cuatro años de depresiones a través de problemas de casa y de drogas". Sin apenas poder hablar continuaba contando que "nos amenaza, nos pega a mí y a su ex mujer". La madre admitía que su hijo "estaba descentrada" y como ella amparaba a su nieta y su ex mujer la maltrataba. La fallecida tenía miedo de su hijo, pues confesaba que "no puedo soportar que cuando se le cruzan los cables me destroce la casa, me insulte, me pegue, también a su ex mujer y a mi hija". La Justicia no le daba una respuesta contundente, y ella tenía claro que "iba a pasar una desgracia muy grande, hasta que nos dé un golpe y nos mate". Finalmente se cumplió el temor de la madre y su hijo la pasada madrugada la decapitó y paseó su cabeza por todo el pueblo.
