Cuando nadie la esperaba y en medio de la guerra del agua en la cuenca mediterránea, ha llovido en la ciudad condal desde primera hora de la mañana. En total se han recogido veinte litros por metro cuadrado. Y lo que era lluvia por la mañana acaba convertido en granizo por la tarde. No es suficiente pero estas precipitaciones, las primeras en dos meses, alivian algo la sequía. Además los embalses que abastecen Barcelona se encuentran ahora un 1% por encima de su capacidad, en concreto al 21%. El fantasma de la sequía persiste, pero la lluvia de hoy devuelve la esperanza.