Los técnicos de la Consellería de Cultura han podido entrar en el Pazo de Meirás, residencia veraniega de Franco. Es un paso imprescindible para la intención de la Xunta de Galicia de declararlo como Bien de Interés Cultural. Esto obligaría a abrir el pazo al público cuatro días al mes. La familia Franco, propietaria de la residencia, había impedido la entrada de los técnicos el pasado mes de agosto. Entonces comenzaron las manifestaciones de protesta contra esta decisión. Muchos en el municipio coruñés de Sada aseguran que no fue una donación del pueblo. La Xunta ha ganado la batalla legal que emprendió contra los herederos del dictador. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ha autorizado finalmente la visita de los técnicos. Una historiadora de arte, una arquitecta y un arqueólogo han realizado una inspección para evaluar su estado de conservación, recopilar información sobre la arquitectura interior del edificio y de los bienes que puedan ser considerados patrimonio cultural. Una vez que se analice toda la documentación se determinará si reúne las condiciones para ser declarado Bien de interés cultural.