El día después de los derribos de casas en la Cañada Real, en Madrid, transcurre con tensión y temor entre los habitantes de esta zona. Varias grúas derribaron ayer las casas que se erguían sobre determinadas fincas. El derribo fue posible después de que los antidisturbios de la Policía Nacional desalojaran las viviendas y disolvieran una sentada improvisada de los vecinos. Los vecinos que quedan hoy en la Cañada Real aseguran que los desalojados están en las iglesias cercanas al tiempo que temen nuevos desalojos. Algunos inquilinos de las casas de la Cañada Real no sabían nada del derribo porque el arrendador no les había comunicado nada.