Cuando los bomberos entran en casas en llamas normalmente les sorprenden deflagraciones. Suele ocurrir en los incendios en viviendas, donde la visibilidad es nula y la temperatura supera los 600 grados. Los bomberos se ayudan de cámaras especiales. Agachados palpan las paredes para orientarse y encontrar a los inquilinos: sobre todo en los armarios y bajo las camas, donde suelen esconderse los niños. El 80% de esos incendios empiezan en las cocinas y se propagan rápidamente si las campanas de extracción están sucias. El mal uso de los cables también provoca incendios. Es vital no echar agua sobre una sartén en llamas ya que esto dispersaría el incendio por toda la cocina.