Los habitantes de Wenden, al oeste de Alemania tratan de aferrarse a su rutina tras saber que en una vivienda cercana se ocultaban los cadáveres de tres bebés. De nuevo, la mayor de las atrocidades oculta al otro lado de la calle. La Policía los encontró ayer en el sótano de una vivienda, envueltos en bolsas y conservados en un congelador. Una mujer, supuestamente la madre de los pequeños, ha sido detenida como sospechosa del triple homicidio. Al parecer, fue un familiar quien avisó a los agentes. Los gestos de incredulidad se repiten entre los vecinos asaltados por los periodistas. Todos califican a la familia, de cinco miembros, como absolutamente normal.