La decisión de la presidenta del PP vasco, María San Gil, de no optar a la reelección y de abandonar su escaño en el Parlamento vasco, abandonado así el partido, y del ex funcionario de prisiones secuestrado por ETA, José Ortega Lara, que este jueves ha anunciado que abandona las filas populares, supone el último capítulo en la crisis popular.Numerosos 'pesos pesados' del PP han manifestado su pesar por la marcha de ambas figuras, entre ellos el ex presidente José María Aznar, que hasta ahora se había mantenido en un segundo plano. Aznar se ha sentido "profundamente disgustado" tras conocer la noticia.La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha sido una de las más duras hoy al valorar la noticia del abandono de San Gil y Ortega Lara.Aguirre, que hizo unas breves declaraciones, con un gesto especialmente serio, antes de entrar a la sesión plenaria en la Asamblea de Madrid, afirmó que su salida "es la confirmación de que algo se está haciendo no mal, sino muy mal" en la dirección nacional del partido.En términos similares se ha pronunciado el portavoz de política Exterior del PP en el Congreso, Gustavo de Arístegui, al asegurar que si el partido en la actualidad tiene "problemas" es porque la gestión "no está siendo correcta".Por su parte, Ana Botella, delegada del Área de Medioambiente del Ayuntamiento de Madrid y esposa del ex presidente José María Aznar, se mostraba "triste y preocupada" por la decisión de San Gil, mientras eludía aclarar si se fía de Rajoy.