Henryk Ross se ganaba la vida como fotógrafo deportivo de un periódico local pero la historia le tenía reservado otro papel: el de reportero gráfico del departamento de estadística del gueto polaco de Lodz, lugar en el que se vieron atrapados miles de judíos durante la invasión alemana.Tomó más de 3.000 fotografías: retratos de supervivencia, desnutrición, de los campos de exterminio...