El secretario de organización, José Blanco, admitió ayer que "los tiempos son difíciles" y que el PSOE no pretende "negarlo", sino afrontar las dificultades, "generar confianza" e "intentar que estos tiempos difíciles duren lo menos posible". Blanco ha evitado hablar de "crisis" para referirse a la situación económica argumentando que no hay "nada más estéril que reducir el debate a una contienda semántica sobre el nombre de la cosa". "Si crisis es, como la define María Moliner, el momento en que se produce un cambio muy marcado en algo, no me cuesta ningún trabajo admitir que se ha producido un cambio muy marcado en la tendencia de la economía mundial y también de la española", admitió el dirigente socialista, y advirtió de que "si se pretende usar esa o cualquier otra palabra como arma arrojadiza o como instrumento para asustar" le parece "poco responsable". Blanco apuntó que todos los expertos coinciden en dos cosas, en "que las dificultades serán muy intensas" pero también en que serán transitorias. Aunque es difícil predecir su duración, durarán al menos "todo este año y el próximo".