Si el objetivo era que miembros de distintas religiones se encontraran y dialogasen, la conferencia ya puede considerarse un éxito. Musulmanes, judíos, hinduístas, cristianos, budistas... así hasta 200 representantes de diferentes credos hablan en Madrid de aquello que los une, pero sin olvidar sus diferencias. Empezando por la comida, que se ha convertido en todo un reto para los organizadores. Hay que tener listos distintos menús, desde el kosher hasta el halal, y los chefs han tenido que variar su forma de cocinar. "Tener que guisar a lo mejor con mosto, o tener que guisar con otros productos que no lleven alcohol y nada de cerdo ni mantecas de cerdo ni nada de eso", señala uno de los responsables de los fogones. Las exigencias de estos clientes tan variopintos llegan hasta la forma de las sillas de los salones de las conferencias. "Querían una silla con un color especial, con una forma también característica, y afrotunadamente, después de casi ocho días de búsqueda las hemos encontrado en Barcelona", afirma uno el responsable de protocolo de la organización. Todo el esfuerzo se dará por válido si, al finalizar los tres días de encuentros, el clima sigue siendo al menos igual de cordial que en la jornada inaugural.