El presidente boliviano, Evo Morales, expresó el sábado su deseo de que Bolivia defina un nuevo escenario político y llegue a la reconciliación con el referendo sobre mandatos que celebrará este domingo. Mientras el país vive un clima de incertidumbre sobre la eficacia de esta consulta. Más de cuatro millones de bolivianos están llamados a las urnas para decidir si el presidente Morales, el vicepresidente Álvaro García Linera y ocho de los nueve gobernadores del país continúan o no en sus cargos. Después de una semana de protestas y choques, todo parecía tranquilo en La Paz. Morales, pasó la víspera del referendo de revocación de mandatos en su bastión cocalero del Chapare, donde se mostró muy relajado de cara al exámen electoral. Bolivia vive con expectación las horas previas a la consulta, que ha avivado la crisis política del país, donde el proyecto constitucional de Evo Morales se enfrenta al plan autonomista de varias regiones controladas por sus opositores. El referendo revocatorio será la consulta más vigilada de cuantas se han celebrado en Bolivia, según asegura la Corte Nacional Electoral, por la presencia de más de 200 observadores internacionales y 4.000 nacionales.