Cinco días de conflicto han bastado para convertir Osetia del Sur en un montón de escombros prácticamente deshabitado. Los que todavía permanecen en su capital arreglan sus casas como pueden y lamentan no haber podido huir hacia la vecina y protectora Rusia. Y como si 2.000 muertes no fueran suficientes, desde esta mañana hay un nuevo campo de operaciones. La otra provincia separatista apoyada por Rusia, Abjasia, al noroeste de Georgia, ha lanzado una operación para expulsar a los georgianos asentados en su región.Cada día, a Georgia se le multiplican los frentes. Ayer, las tropas rusas se adentraron en su territorio y obligaron al ejército georgiano a replegarse hacia la capital. Los rusos atacaron incluso la segunda ciudad más importante del país, Gori. Para el presidente pro occidental georgiano, Mijaíl Saakashvili, estos ataques demuestran que Moscú tiene un proyecto más ambicioso que incluye un cambio de gobierno en Tiflis. Saakashvili cree que si en unas pocas horas pueden movilizar mil tanques para entrar en un país vecino, es que lo habían planeado con antelación.Estados Unidos también ha insinuado que el conflicto podría haber sido instigado desde el Gobierno ruso y llama a la retirada de las tropas de Moscú. Mientras, el Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido ya cinco veces y hoy, las miradas están puestas en Nicolás Sarkozy. El presidente francés y presidente de turno de la Unión Europea, viaja a Moscú para lograr una tregua entre rusos y georgianos.