La huella de la extraordinaria tromba de agua caída en Elche es visible todavía en garajes, bajos y carreteras. A lo largo de la jornada, los bomberos han trabajado a destajo para achicar agua. En este parking, la inundación alcanzaba casi los dos metros de altura. Más de medio centenar de vehículos han quedado inutilizados. La furia del viento junto con el granizo arrancó de cuajo robustos troncos. Un día después, Fina y su hija regresaban a su casa tras salir precipitadamente sólo con lo puesto. La extraordinaria fuerza del viento arrasó este concesionario. Su furia reventó techo y cristales. Los vecinos no olvidan los terribles 35 minutos en los que se prolongó el virulento aguacero. Y a lo largo de la mañana, los operarios continuaban limpiando las alcantarillas de las zonas inundadas para facilitar el desagüe. Mientras, más de 500 efectivos de emergencias y policía local se han desplegado por toda la ciudad para auxiliar a los afectados.