Mil y un insultos duermen en la memoria de las primarias demócratas para que la luz sólo ilumine la amistad que ahora une a los demócratas Hillary Clinton y Barack Obama. Besos y ternura sellan la reaparición de la senadora, quien busca con ganas el resultado electoral que acabe con el ciclo republicano. Ocho años en los que el ex secretario de Estado de George Bush, Colin Powell, ha tenido su propia estrella.