El malestar en Tacna estalló después de que el Congreso aprobara la modificación de un artículo de la Ley del Canón, que significa una disminución para esta región de varios millones de dólares proveniente de las rentas que aporta la minera Southern Perú, de capitales mexicanos, por la explotación de recursos mineros.Por ello, más de dos mil personas se manifestaron e incendiaron la sede de la gobernación y atacaron la oficina de recaudación de impuestos. La turba enfurecida recorrió las calles de la ciudad armada con palos y piedras y arrasando lo que encontraba a su paso, ante la impotencia de los mil agentes de la policía que no disponian de medios para contenerla.