Los conductores que circulen con un vehículo que tenga instalado un mecanismo ilegal de detección de radares de velocidad, los conocidos como "anti-radares", serán castigados con 6.000 euros, la máxima multa que puede recibir un conductor, tres meses de suspensión del permiso de conducir y la pérdida de 6 puntos. Además, se reforma la sanción por utilización del navegador GPS al volante que asciende a 200 euros, y además el conductor perderá 3 puntos, la misma multa con la que serán sancionados los que hagan uso del móvil. Por otro lado, la reforma incorpora una nueva infracción, con la que se sanciona a los talleres y establecimientos de recambios que lo hacen, que serán multados con entre 3.000 y 30.000 euros.