Cientos de personas en el consulado de México o miles en el de La Habana. Todas ellas tienen un único objetivo: conseguir ser español gracias a la Ley de nietos.Porque en eso consiste esta disposición de la memoria histórica. Con ella, los hijos y nietos de los emigrantes españoles exiliados durante la Guerra Civil y la dictadura puedan pedir la nacionalidad en nuestro país. Todos tienen hasta dos años para solicitarlo, aunque seguramente se añadirá uno más, para acreditar que el padre o la madre era originariamente español. O que el exilio obligó al abuelo o la abuela a perder o a renunciar a la nacionalidad española.Se calcula que será medio millón de personas las que se beneficien de la medida. Argentina acapara el mayor número, con 300.000. Mientras que en Cuba la cifra llega a las 150.000.Para agilizar las gestiones los consulados han incrementado plantilla y oficinas. Sobre todo en La Habana, donde además de los sentimientos, el pasaporte español abre muchas puertas.