Mujeres feministas y militantes políticas de Chile tomaron la sede del Partido Unión Demócrata Independiente, enclave político que junto al dictador Augusto Pinochet llevó a cabo un férreo régimen militar en el país, el cual cobró miles de vidas, muchas de ellas de mujeres que fueron secuestradas, presas políticas, víctimas de tortura física y sexual.