Un museo se convierte casi en una peluquería de finales de SXVIII. No han perdido la cabeza, es una exposición de peinados imposibles propios del Rococó. El estilista Tono Sanmartín ha esculpido 14 tocados. Se ha inspirado en grabados de los años anteriores a la revolución francesa. Recogidos que apuntaban hacia el cielo. Bucles y rizos, salpicados de lujosos ornamentos. Obras de arte patrimonio de la aristocracia. Se han necesitado 98 botes de laca. Quién le iba a decir María Antonieta que sus cardados iban a ser piezas de museo.