La Iglesia Católica promociona sus actividades mediante anuncios para pedir ayuda económica a los ciudadanos. Ya no recibirá dinero del Estado, sólo de quienes marquen con una equis la casilla especial de su declaración de la renta. Ya lo hacen uno de cada tres contribuyentes, lo que supone 150 millones de euros al año. Según la iglesia es una cantidad insuficiente para desarrollar su labor religiosa y social.