Madrid, 8 feb (EFE). Las exigencias de las formaciones independentistas catalanas a cambio de no vetar la tramitación de las cuentas en el Parlamento hacen peligrar por vez primera la unidad del bloque que apoyó la investidura de Pedro Sánchez. La ruptura dibujaría un escenario de debilidad parlamentaria y acrecentada presión para el adelanto electoral.
El hipotético rechazo a las cuentas de ERC y PDeCat sería el primer gran revés al grupo de partidos que permitió al jefe del Ejecutivo español sacar adelante la moción de censura que lo llevó a la presidencia y sus efectos políticos serían notables.
El Gobierno estaría obligado a seguir administrando unos presupuestos prorrogados y aprobados por el equipo anterior -y evaluar la posibilidad de renunciar a unas nuevas cuentas-, y esta situación acrecentaría las demandas de la oposición de adelantar las elecciones en una legislatura que concluye en julio de 2020.
Por ello la decisión de los republicanos catalanes de ERC de registrar el pasado martes una enmienda a la totalidad a las cuentas públicas puede acercar un escenario de adelanto electoral. A esta enmienda se suma la de sus socios en el Gobierno catalán, el PDeCat.
Además, los Presupuestos deberán salvar en el pleno del próximo miércoles las enmiendas de devolución presentadas por los conservadores del PP, los liberales de Ciudadanos y los regionalistas Foro Asturias y Coalición Canaria.
A favor de seguir tramitando las cuentas en el parlamento, el Gobierno cuenta en su apoyo con la coalición de izquierdas de Unidos Podemos y sus aliados de Compromís, y los nacionalistas vascos del PNV.
TOTALES JUAN CARLOS GIRAUTA, CIUDADANOS, E IRENE MONTERO, PODEMOS