Tres tramos por la mañana; Saint-Nazaire-le-Désert, Verclause y Entrevaux, antes de dirigirse al parque cerrado de Mónaco a mediodía para dejarlo todo preparado de cara a la mítica noche del Col de Turini, con los famosos tramos del Col de Braus y Lantosque. Por la mañana el recorrido fue muy duro, con algún tramo rozando los cien kilómetros de distancia, plagado de paellas, subidas y bajadas. Y, como siempre en Monte-Carlo, carreteras estrechas y traicioneras, que en sus zonas de sombra escondían trampas de hielo y nieve, y pusieron a prueba a los más de doscientos supervivientes del rallye.
Los dos coches del equipo SEAT Coches Históricos aguantaron bien el primer envite de la jornada, con un Salvador Cañellas pletórico, que recuperaba puestos sin cesar. Las claves eran su excelente conducción y a la habilidad de Eloi Alsina para sacar el mejor partido a su roadbook y a la instrumentación de navegación, con lo que conseguían mantener la velocidad media marcada por la organización en cada tramo. Por su parte, el SEAT 1430 de Viaplana tuvo algunos problemas con la caja de cambios que le fueron complicando las cosas, aunque el catalán supo adaptarse a la conducción y también mejoraba en la clasificación.