El 2019 será un año de retos para Nicolás Maduro, quien además de lidiar con el desconocimiento internacional, deberá enfrentar un escenario de hiperinflación y caída de la producción petrolera.
En el primer caso, podría significar el cierre de embajadas y la agudización de las dificultades para acceder a nuevos financiamientos.
La legitimidad de origen de Maduro está cuestionada, así lo ha manifestado la comunidad internacional, por la celebración de unas elecciones que no habrían sido justas ni transparentes.
Por otro lado, situación interna derivada de la crisis económica. Si supera la juramentación de este 10 de enero, estará frente un escenario de ingobernabilidad y tensión social, con una población afectada por la subida de los precios de los bienes y servicios y por la escasez.