Un grupo de científicos norteamericanos acaba de rebatir los resultados de un gran estudio que aseguraba que los trasplantes de células fetales procedentes de abortos podían beneficiar a los pacientes enfermos de Parkinson. Este nuevo trabajo es un duro golpe para la investigación basada en el transplante de células, ya que incluso asegura que pueden tener serios efectos secundarios.
Hace apenas un mes el doctor Warren Olanow presentaba en un congreso científico las conclusiones de una investigación en las que aseguraba que las infusiones de tejidos cerebrales de fetos abortados podían llegar a frenar la degeneración neurológica que padecen los enfermos de Parkinson. Sin embargo, y pese a su optimismo, nuevas investigaciones han demostrado que, aunque las células trasplantadas funcionaban normalmente a la vista de los resultados del escáner, no se puede demostrar que exista ninguna mejoría en las capacidades motoras y funcionales de los pacientes. Esta técnica, consistente en la inyección de las células directamente en el cerebro, difiere de otros trabajos con células madre procedentes de embriones.