El mar tiene la música de su oleaje, el color de sus profundidades. Agua, elemento incoloro que se tiñe en los lienzos. Javier Cruz domina su pintura matérica, plena de texturas, le da volumen y tacto a los colores. El oleaje fosforescente está dibujado sobre un fondo oscuro, Javier Cruz marca los lienzos, los convierte en bajo relieves con pigmentos y arenas, inventa una realidad, goza con la posibilidad de que exista a través de su pintura.