El medallista olímpico Noé Hernández abandonó el hospital en poco menos de medio mes, tras recibir un impacto de bala en el rostro la madrugada del 30 de diciembre de 2012.
A la salida del nosocomio, el atleta expresó que su recuperación va por buen camino, aunque apenas es el inicio de una evolución física larga y que significa otra oportunidad de vivir.