Ayudan a ex presos que se quedaron sin familia

2018-10-23 0

Aunque ya se la saben de memoria, los vendedores que gritan "¡Llévele su chocolate, sus tamales!" afuera del Reclusorio Norte no dejan de emocionarse por la escena que ven cada madrugada, cuando decenas de mujeres amontonadas junto a la puerta murmuran "¡Ahí viene!"; luego esperan a que el hombre vestido de beige avance entre la oscuridad y, con solo oír que se abre el candado, empiezan a llorar: "¡Ya salió, ya salió mijo!".

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