Un grupo de jugadores participaron en un peculiar partido de futbol, mismas reglas, mismo balón, mismo campo, la única diferencia de este encuentro es que los jugadores sufrieron amputaciones de brazos y piernas a causa del cáncer. El partido se suscitó en el estadio de béisbol Teodoro Mariscal donde Los Zorros se enfrentaron a la selección nacional de Estados Unidos, demostrando que la falta de un miembro no es ningún impedimento para practicar algún deporte.