1. Nos brindan amor incondicional, sin esperar nada a cambio y sin segundas intenciones.
2. Se dan cuenta de cuando estamos tristes o enfermos y tratan de animarnos con su presencia.
3. Nos arrancan una sonrisa con sus juegos, mimos y pequeñas travesuras.
4. Despiertan nuestro lado más generoso y humano.
5. Nos encanta que al llegar a casa haya alguien esperándonos y se alegre tanto de vernos.
Por todas estas razones y más... nuestros animales son también nuestra familia.