Para los padres, llevar al menor de cacería fortalece los lazos familiares.
La madre, Ashley Murphy, dice que esto, además, le enseña lo bueno que es ser autosuficiente, pues, después de cazar al animal, se lo comen y comparten la carne con otras personas.
El niño, que vive en Carolina del Norte (EE.UU.), ya ha matado a cuatro animales.
Su madre está muy orgullosa de él ya que dice que el pequeño no está enganchado ni a los ordenadores ni a las redes sociales.
"Entendemos que la caza no es para todos, pero tratamos de mostrar que estamos ayudando a que los menores vayan a la cama con estómagos llenos y compartimos la presa con otros", declaró Ashley a “Metro”.
"Todas las historias que Bryson ha conocido al lado de la hoguera le han convertido en un niño completo, que está aprendiendo a respetar la naturaleza y apreciar la vida", comentó la madre a “Metro”.
