Empezando desde los baños se veía de todo. Los trajeados y los de las gorras amarillas se alternaban en los mingitorios del lugar más democrático del Auditorio Nacional. Había que llegar una hora antes, cuando Mancera apenas se dirigía a tomar protesta a su gabinete. Dicen los que saben de esto que en la política "la forma es fondo"; una vez entregado el boleto de Ticketmaster, la cosa cambia: los encorbatados tienen un lugar en preferente y los otros conducidos al segundo y tercer piso.
El periodista Guillermo Ortega platica entre el público y, sobre el escenario hay una copa y una... ¿vela? Al fondo, dos filas de nueve sillones blancos a uno y otro lado del atril principal. El lema del nuevo gobierno, "Decidiendo juntos", se lee 13 veces sobre la escenografía y otras dos más en la pantalla.
Quince minutos después de las doce, Susana Zabaleta sube al escenario para hacerla de "acto abridor". Chiflidos lascivos del no tan respetable. No sé cuál de los cálculos de la cantante fue peor: el del finísimo modelito que eligió para la ocasión --botas de piel arriba de la rodilla, micro vestido y guantes a juego en lentejuela negra-- o la canción con la que abrió, "La Tirana", famosa en la voz de la cubana La Lupe. Medio la salvó al final en preguntarle al público: "A poco no el DF saldrá ganando en el próximo sexenio". Tibia, la audiencia apenas le responde. "Qué, ¿lo dudan?".
Posteriormente se proyectaron imágenes de Mancera como procurador de justicia, de su campaña electoral; minutos más tarde el equipo de sonido anuncio el gabinete del nuevo jefe de gobierno y el arribo de Mancera.