Dos campeonatos mundiales de Kárate, y seis medallas de oro consecutivas en Juegos Centroamericanos y del Caribe, son algunos de los logros que engalanan la exitosa carrera de Antonio Díaz. Desde los seis años de edad, el karateca venezolano se enamoró del deporte, guiado por sus padres, quienes siempre estuvieron ligados a la disciplina. “No era muy bueno en mis inicios, incluso era hasta un poco gordito”, confesó el atleta.
Pese a ser uno de los máximos exponentes del Kata, rama del Kárate, Antonio Díaz reconoció que a sus 38 años tiene una gran cuenta pendiente en el deporte, que es asistir a unos Juegos Olímpicos. El Comité Olímpico Internacional (COI) decidió en 2016 incluir al kárate como deporte olímpico para Tokio 2020. “Como deportista llegar a los Juegos Olímpicos es algo indescriptible, es un anhelo”, dijo Díaz que aun no ha logrado la clasificación a la cita que se disputará en Asia.
Con el foco puesto en las Olimpíadas, el atleta inauguró este 2018 el “Antonio Díaz Dojo”, un sueño y emprendimiento que tenía desde hace años, con el objetivo de formar a las nuevas generaciones no solo en el kárate, sino como personas integrales. Ante la compleja situación política y económica que vive Venezuela, Díaz quiere utilizar su dojo para poner un granito de arena a la reconstrucción del país.