Es evidente que la pornografÃa vive un momento de gran popularidad y fácil acceso. Pero, más allá de los datos o de los impulsos fÃsicos, los cientÃficos estudian qué consecuencias estructurales y neuronales tiene el porno en los usuarios. La pornografÃa no sólo puede provocarnos placer sino que también puede convertirse en una adicción según un estudio llevado a cabo por un equipo cientÃfico del Instituto Karolinska, en Suecia. De acuerdo con los cientÃficos suecos, en el momento en que una persona mira una imagen erótica, se lleva a la sÃntesis de un neurotransmisor denominado dopamina, un factor clave en el sistema de recompensa del cerebro. A medida que los cerebros de las personas los recompensan por ver pornografÃa, aprenden que el porno es una forma fiable de buscar buenos sentimientos y se busca repetir la experiencia una y otra vez. En realidad, ver demasiado porno puede compararse con cualquier otra adicción, según sostiene el profesor adjunto de psiquiatrÃa Predrag Petrovic, lÃder del estudio.