La movilización a pie de cientos de migrantes venezolanos genera preocupación continental debido al impacto social y económico que trae consigo. Ante esta situación, el Gobierno venezolano deja en evidencia su condición de Estado fallido, es decir, que es incapaz de satisfacer las necesidades de la población.
Varios encuentros multilaterales se han celebrado para llegar a un acuerdo que permita que estos ciudadanos puedan ser atendidos sin que esto se traduzca en una carga mayor para los países que los reciben.
Quienes suscribieron la Declaración del Grupo de Quito y los asistentes a la Sesión Extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) abogan por mecanismos que se traduzcan en ayuda técnica y financiera para las naciones que se están viendo afectada por la llegada masiva de venezolanos, precisó la internacionalista Giovanna de Michele en su columna para HispanoPost.
Añadió que el Gobierno adelantó el plan de repatriación con el objetivo de hacer ver a quienes sufren penurias que el retorno a Venezuela puede ser una mejor opción antes que buscar apoyo fuera de las fronteras.
