El tabaquismo en los niños se puede considerar una enfermedad pediátrica y la puerta de entrada a otras drogas con la secuencia de tabaco - alcohol - marihuana. Es una forma violenta de maltrato infantil por omisión, que no es atribuible a la familia que sufre la crueldad de la pobreza, en un entorno de desocupación y de las limitaciones por las carencias en educación. Es un maltrato de responsabilidad social, en donde se destaca el descuido de la sociedad y del Estado, que no toman la iniciativa para cambiar las situaciones que intervienen en el maltrato infantil por tabaco y que son básicamente dos:
El contexto de pobreza con las consecuencias de las ausencias de los padres ocupados todo el día en conseguir como subsistir y alimentar a sus hijos. Estos quedan solos con la calle y el ejemplo de otros niños y adolescentes también desprotegidos.
La publicidad del tabaco, producto de una industria apoyada por el gobierno que la impulsa y subsidia. Ambos anteponen las ganancias que produce la difusión y venta de los cigarrillos a la obligación de proteger a los niños y a toda la sociedad del tabaquismo.