Tapachula (México), 12 jul (EFE), (Imagen: José Torres).- Martín tuvo que huir de San Marcos, Guatemala, acompañado de su esposa y su dos hijas, "Paula" y "María". Las pandillas comenzaron a hostigarlo cuando montó un pequeño negocio de venta de teléfonos celulares y le exigían cuotas de extorsión para dejarlo trabajar.
Primero, 75.000 quetzales (10.000 dólares) que debía entregar en dos días, o de lo contrario cobrarían la demora con la vida de una de sus hijas con las que ahora viaja por México. Presa del temor, tuvo que escapar sin dinero ni comida y solo con la ilusión de recobrar el sentido de la vida en tierras extrañas.
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