La comunicación, un juego paralelo al Mundial en el que todos ganan

2018-07-01 26

Sochi (Rusia), 1 jul (EFE). (Imagen Sebastiao Moreira).- Herramientas que no necesitan más valija que un teléfono móvil se han convertido durante el Mundial de Rusia en el 'ábrete, Sésamo' a una comunicación fluida para los extranjeros que han llegado a este país de 146 millones de habitantes.
Se trata de servicios multilingües de traducción en tiempo real de frases y palabras útiles que, han hecho de la comunicación una suerte de juego paralelo a la Copa del Mundo.
Pero con la diferencia de que mientras en el fútbol, a esta altura del torneo, unas selecciones continúan y otras se van para casa, con el traductor portátil todos ganan: desde el turista que no habla ruso hasta el lugareño dispuesto a ofrecer servicios o informaciones.
Gracias a estos programas gratuitos al alcance de quien tiene un teléfono móvil inteligente se han derribado barreras entre los rusos y gran parte del casi millón y medio de extranjeros que hasta el 15 de julio habrá desfilado por las ciudades sedes donde rodó el balón por cuenta del Mundial.
La utilización del recurso tecnológico se ha elevado en un 30 por ciento dentro de Rusia desde que comenzó el Mundial, según el sitio especializado CNT, pero a quince días de la final, sin duda la demanda se habrá incrementado por los beneficios que produce y su divulgación voz a voz.
La más común de estas aplicaciones está disponible para traducir 103 idiomas, pero otras se concentran dar más precisión al alcance de los más hablados.
Pedir o intercambiar informaciones, establecer diálogos básicos, ya no es un problema, gracias a esta magia, que en realidad comenzó a ser conocida en 1997 como un servicio de traducción de textos.
Las diversas aplicaciones funcionan desde la redacción de textos cortos de cualquier idioma que enseguida son traducidos al ruso, a la grabación de la voz para la reproducción ya transformada para la comprensión de nuestro interlocutor hasta el aprovechamiento de la cámara del móvil para enfocar un aviso, por ejemplo, que luego es reproducido, como si fuera una fotografía, para nuestro idioma.
Pero cuidado, el valioso invento aún no está adecuado para traducir sentimientos y emociones o expresiones culturales particulares de quien habla.
En ese caso es mejor acudir al clásico lenguaje de las señas. EFE