En su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, el último lunes de abril, el Santo Padre recordó que los niños son curiosos y en el mundo virtual encuentran tantas cosas malas.
De ahí que haya propuesto ayudar a los jóvenes a no caer prisioneros de esta curiosidad, a la vez que exhortó a pedir la certeza al Espíritu Santo.