Cerebro inmortal: Mentes ciberneticas (Transferencia mental)

2018-03-26 19

El implante de microchips, el control de la mente, y la cibernética Por Rauni-Leena Luukanen-Kilde, Doctor en Medicina Ex Ministro de Salud de Finlandia 6 de diciembre de 2000. En 1948 Norbert Weiner publicó su libro titulado La cibernética, definido como una teoría del control y la comunicación neurológica ya en uso en los pequeños círculos de la época. Yoneji Masuda, “Padre de la Sociedad de la Información”, en 1980 expresó con preocupación que nuestra libertad está siendo amenazada, al estilo Orwelliano, por la tecnología cibernética totalmente desconocida para la mayoría de las personas. Esta tecnología conecta los cerebros de las personas, mediante microchips implantados, con satélites controlados por supercomputadoras terrestres. Los primeros implantes cerebrales fueron insertados quirúrgicamente en 1974 en el estado de Ohio, EE.UU. y también en Estocolmo, Suecia. En 1946 se insertaron electrodos cerebrales en cráneos de bebés sin el conocimiento de sus padres. En la década del ’50 y el ’60, se realizaron implantes eléctricos en cerebros de animales y seres humanos, sobre todo en EE.UU., mientras se realizaban investigaciones acerca de la modificación de conducta, y el funcionamiento cerebral y corporal. Se utilizaron métodos para el control de la mente (CM) con el objeto de modificar la conducta y las actitudes humanas. La posibilidad de influir sobre las funciones del cerebro se volvió una meta importante para el ejército y los servicios de inteligencia. Los implantes cerebrales de hace treinta años, según las radiografías, tenían un tamaño de un centímetro. Los implantes posteriores se redujeron al tamaño de un grano de arroz. Estaban hechos de silicio, y más tarde de arseniuro de galio. En la actualidad son suficientemente pequeños como para poder insertarse en el cuello o la espalda, y también de manera intravenosa en diferentes partes del cuerpo durante una cirugía, con o sin el consentimiento del paciente. Actualmente es casi imposible detectarlos o quitarlos. Resulta técnicamente posible implantar un microchip en un recién nacido, con el cual se podría identificar a la persona por el resto de su vida. Estos planes están siendo secretamente tratados Estados Unidos sin ningún tipo de difusión pública de las cuestiones privadas involucradas. En Suecia, el Primer Ministro Olof Palme autorizó en 1973 el implante de prisioneros, y el ex-Director General de Estadísticas, Jan Freese reveló que pacientes ambulatorios habían sido implantados a mediados de los ’80. La tecnología allí empleada es revelada en el informe estatal sueco 1972:47, Statens Officiella Utradninger (SOU).