Test del cacahuete: Simios vs humanos (Solucion de problemas)

2018-03-12 244

Los investigadores introdujeron un cacahuete en un tubo de cristal vertical que contenía una pequeña cantidad de agua. El tubo estaba sujeto a una caja para que los primates no pudiesen moverlo ni romperlo. Además, instalaron un dispensador de agua. La idea era que los animales llenasen su boca de agua y después la escupiesen dentro del tubo. De esta forma, el nivel del agua aumentaría y obtendrían el cacahuete. Esta táctica implicaba varios trayectos del dispensador al tubo. Los chimpancés fueron los grandes triunfadores de la prueba, mientras que los gorilas salieron perdiendo: ninguno de los cinco primates supo solventar el dilema. Algunos chimpancés se hicieron con el premio aplicando el método 'pronosticado' por los expertos. No obstante, uno de los simios dejó boquiabiertos a los científicos tras aplicar una técnica de lo más extravagante. Pudo ser el hambre, el aburrimiento, la frustración o la obsesión por hacerse con el ansiado cacahuete, pero el hecho es que uno de los primates decidió orinar en el tubo.
Según Daniel Haus, el investigador del Instituto de Biología Evolutiva Max Planck que lideró el estudio, "el chimpancé estaba escupiendo agua en el tubo hasta que se frustró y empezó a orinar." En aquel instante, se dió cuenta de que "si orinaba en otra dirección, llenaría el tubo". A pesar de que su táctica no era muy refinada, funcionó. El hecho de que el codiciado cacahuete estuviese empapado de orina no supuso un impedimento para el animal, que lo disfrutó como si de un auténtico manjar se tratase. Un total de 43 chimpancés participaron en este experimento. Algunos procedían del santuario de la isla ugandesa de Ngamba y otros del zoo de Leipzig. Catorce primates comprendieron que tenían que usar esa táctica, y siete fueron lo suficientemente pacientes para repetir la operación hasta obtener el cacahuete.
Según Hanus, que confesó estar impresionado, "el estudio refleja la capacidad de los chimpancés para solucionar problemas". Añadió que "no estaban escupiendo agua por casualidad" sino que encararon el problema intentando buscar una solución, o bien usando sus manos o bien intentando romper el tubo. El científico destacó que el curioso 'método urinario' es interesante ya que al principio, el simio comprendió el problema y usó la 'tradicional' técnica de escupir, pero, cuando volvió a hacer la prueba, le costó introducir el agua en el tubo. En aquel momento dió con esta sorprendente solución. Los investigadores quisieron someter a un grupo de niños de 4, 6 y 8 años a la misma prueba. Hanus destacó que al contarle a algunos adultos en qué consistía el reto, algunos admitieron que no habrían sido capaces de superarlo. La única alteración fue que reemplazaron el dispensador por una jarra de agua. De esta forma, los pequeños no tuvieron que aplicar la poco refinada táctica de escupir. Los chimpancés les ganaron a los benjamines del grupo.

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