A la crisis humanitaria y hospitalaria en Venezuela se suma la escasez de hemoderivados y de reactivos para realizar los estudios correspondientes a la sangre. Las familias con pacientes oncológicos deben hacer peripecias e invertir altas sumas de dinero para comprar sangre para sus parientes.
La doctora Susana Pachano, adjunto del servicio de hematología del hospital JM de Los Ríos, explicó que la escasez de hemoderivados ha retrasado los tratamientos de niños y adolescentes oncológicos: "La recuperación de los pacientes es más tardía, hay procedimientos que no hemos podido hacerlos porque el paciente tiene las plaquetas bajas y no tengo cómo reponerlas. Las pocas que tenemos las utilizamos con pacientes que tengan sangrado activo. Las consecuencias son muy grandes, como por ejemplo, de recaídas de algunos pacientes".
En el principal hospital de niños en Venezuela, el JM de Los Ríos, varias madres se han organizado para solicitar transfusiones de sangre para sus hijos, como es el caso de Margarita Ramos. Su hijo tiene leucemia y está hospitalizado en ese centro asistencia desde diciembre de 2017. Su tratamiento de quimioterapia se ha visto interrumpido por falta de transfusiones de sangre.