La tecnología de los coches autónomos tienen muchas aplicaciones. Un hotel de Japón ofrece a sus clientes unas zapatillas autónomas que vuelven al armario ellas solas , y se recogen en un ríncón.
El sistema puede aplicarse a otros objetos que no recordamos dónde los habíamos dejado, como el mando a distancia, una maleta, o una silla.