El aullido después de ser abandonado, es una muestra de pena por haberse quedado solo, como cuando un niño llora porque lo separan de su madre. Y esta gran frustración se refleja en el cerebro canino: La temperatura de las orejas del perro, es una muestra de la actividad cerebral en estos animales. Las actividades desagradables y emociones negativas están asociadas con el hemisferio derecho, y este video muestra mediante la grabación con una cámara de infrarrojos que en efecto, en el caso de Bruno, el rottweiler, el lado derecho de su cabeza está más caliente que el izquierdo. En el video se puede ver claramente como Bruno, cuando escucha la llegada de su propietaria, muestra menos calor en las orejas (en color blanco) debido a que sus emociones van cambiando a medida que los pasos de ella se acercan a la puerta. Cuando la dueña finalmente abre la puerta, Bruno ya tiene casi toda la cabeza de color blanco debido a que ahora prevalecen sus emociones positivas por la alegría del reencuentro. Gracias a esta tecnología, y a la grabación con cámaras de infrarrojos, se ha podido averiguar que el perro sufre una mezcla tóxica de pánico, miedo y frustración cada vez que su propietaria se marcha de casa.