Neuropsicologia del alcoholismo: Lobulo frontal (Inhibicion conductual y atencion dividida)

2017-11-23 35

Los Investigadores han creído de largo que la función anormal en la región prefrontal de la corteza (PFC) del cerebro contribuye al comportamiento impulsivo y la falta de control sobre la consumición de eso caracteriza dependencia del alcohol, pero cómo ocurrió éste era desconocido. Este estudio utilizó roedores para examinar los efectos del alcohol sobre tres canales específicos del ión que controlan la actividad de las neuronas de PFC, encontrando que los receptores ácidos N-metílico-D-aspárticos (NMDA) son especialmente sensibles a la desorganización del alcohol.
Los Resultados se publican en la aplicación de Abril el Alcoholismo: Investigación Clínica y Experimental. “La corteza prefrontal es una parte del cerebro que nos ayuda a decidir a si debemos tomar medidas o no,” dijo a Juan J. Woodward, profesor en el departamento de neurologías y el Centro para los Programas de la Droga y del Alcohol en la Universidad de Carolina del Sur Médica. “Pesa los riesgos y las ventajas relativos de nuestro comportamiento y nos protege normalmente contra las acciones aventuradas o peligrosas o las que pueden ser inadecuadas durante situaciones sociales. Cuando se daña el PFC o se disminuye su actividad, el comportamiento puede cambiar dramáticamente y la gente puede perder mucha de su inhibición y capacidad de pesar las consecuencias de sus acciones.” Woodward, también el autor correspondiente para el estudio, explicado que los canales del ión son entradas en la membrana de la neurona en la cual permita los iones y fuera de las células cuando es apropiado. “Razonamos que el alcohol puede afectar a uno o más de estas entradas del canal del ión, llevando a los cambios en la función de la corteza prefrontal… y que éste puede contribuir a la incapacidad de un individuo para controlar su consumición,” él dijimos. “Esto puede ayudar a explicar porqué muchos alcohólicos aparecen perder mando sobre su consumición a pesar de las consecuencias adversas serias que pueden presentarse, por ejemplo la baja del trabajo, de la familia o aún de la salud.” Los Investigadores utilizaron anestesia general para euthanize humanamente las ratas masculinas de Sprague-Dawley. Sus cerebros fueron quitados, vaciados en coquilla, cortados, y colocados rápidamente en un compartimiento para registrar actividad eléctrica. Usando técnicas unicelulares sofisticadas del registro de la neurona, los investigadores midieron las corrientes llevadas por NMDA, el ácido gamma-aminobutírico (GABA) y los receptores ácidos de alpha-amino-3-hydroxy-5-methyl-4-isoxazolepropionic (AMPA) en la ausencia y la presencia de alcohol.

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