La guardia costera de Libia ha interceptado a 300 inmigrantes subsaharianos que trataban de llegar a Europa hacinados en dos botes. Entre ellos, una quincena de niños, incluidos algunos bebés de muy corta edad.
La operación, realizada cerca de la ciudad de Zliten, ha sido llevada a cabo por varios barcos guardacostas reparados por Italia y entregados a Libia este año. Los inmigrantes han sido trasladados a Trípoli y, desde allí, a un centro de detención en Tajoura, un suburbio de la capital.
La llegada de inmigrantes a Italia se ha reducido en un 70 por ciento desde el pasado mes de julio gracias a la presión de la Unión Europea sobre Libia y a una serie de acuerdos polémicos alcanzados con las autoridades, las tribus y milicias armadas. El reverso de la moneda son las condiciones dramáticas en la que estarían retenidos estos inmigrantes en el país africano.