Lissy es una mujer con tres hijos de 3, 8 y 10 años de edad que ha sido demandada para que abandone el piso en el que residen. La vivienda es propiedad de Bankia y ella alega que le estafó otra persona que aseguró ser la dueña de la vivienda y a la que le pagó unos meses por vivir allí. Ahora está en el paro y reclama a la entidad bancaria un alquiler social.