Cuando se dice que las mutaciones genéticas son obra del azar no significa que el azar personificado como un diablillo vaya mutando los genes. Simplemente se quiere decir que las mutaciones genéticas ocurren con un patrón azaroso. Ocurren por multitud de causas, como la radiación, agentes químicos, errores por interferencias en el mecanismo de copia de los genes, y otras causas probablemente desconocidas todavía. Ocurren, entre otras cosas, porque los elementos encargados de la copia de los genes no funcionan como un reloj suizo, y aunque lo hicieran, los relojes suizos también se atrasan. Lo que se quiere decir es que las mutaciones ocurren al azar, sin un patrón definido, es decir, de forma azarosa, aunque por supuesto la causa de la mutación no es el azar en sí mismo, ni hay un agente ni una causa final detrás de las mutaciones. Si lo hubiera sería peor que un científico loco, inhumano y carente de toda ética, puesto que las mutaciones tienen con relativa frecuencia efectos horribles en el ser que las padece. Igualmente el proceso no es completamente azaroso, ni siquiera es completamente imprevisible. Hay partes que son más susceptibles de sufrir mutaciones, hay tripletas de ADN que pueden mutar más fácilmente a otras por efecto de las fuerzas que se generan entre las moléculas responsables. Por lo tanto se puede decir que es un proceso pseudoaleatorio y que no tiene una aleatoriedad completa.
Distintas tripletas codifican el mismo aminoácido, siendo así, sería lógico que la evolución hubiera llevado a codificar el mismo aminoácido con las tripletas que pueden mutar más fácilmente entre sí, haciendo conjuntos de tripletas medianamente intercambiables.
